Amortización acelerada, devolución del IVA y modificación de la valuación fiscal de la hacienda son tres aspectos clave de la iniciativa presentada por el Gobierno.

El gobierno nacional puso en marcha el proyecto de ley de fomento de las inversiones agroindustriales que refleja algunas ventajas impositivas para el sector. Repasamos aspectos importantes en materia impositiva.

Inversiones

Anticipa la amortización pronta en tres años, que hoy en día es de 10 años, o acorde al tipo de inversión en cada sector del agro (por ejemplo, en la olivicultura es de 40 años). Sobre inversiones en construcciones y de infraestructura, establece que la cantidad de cuotas anuales, iguales y consecutivas que serán las que surjan de considerar su vida útil, reducida al 50% de la estimada.

Entre otras cuestiones, se espera la devolución de IVA para inversiones en un año, cuando hasta ahora se realiza en cuatro años, lo que beneficiará y alentará a plantas frigoríficas, acopios, usinas lácteas, plantas de balanceado, planta de tratamiento de frutas, etcétera. En cuanto a la operatividad de este beneficio, quienes quieran acceder dispondrán de una “ventanilla única digital” en la web de AFIP.

Los controles posteriores verificarán el cumplimiento considerando indicadores como volumen de ventas, volumen de producción física, volumen de exportaciones físicas, cantidad de personal ocupado o inversiones realizadas.

Ganadería

El proyecto tiene un apartado especial para la ganadería: plantea la modificación de la valuación fiscal de la hacienda al cierre del ejercicio y la amortización acelerada de inversiones. Para disminuir el impacto del impuesto a las Ganancias, los productores podrán optar por valuar sus existencias al momento de la venta y no durante el tiempo de engorde.

Además, en la búsqueda de incrementar la productividad de la ganadería vacuna, la ley anticipa beneficios promocionales que alcanzarán a los ganaderos que tengan aumentos en los porcentajes de destetes de terneros. Se espera que esta medida tenga el efecto esperado en porcentajes de destetes -la Argentina está paralizada en ese aspecto- y de esa manera habrá más carne en el mercado.

Ninguna medida merece ser desestimada desde el inicio, pero dado los cambios continuos en las reglas de juego para el sector, vale hacer una salvedad. Más allá de que la pretensión oficial es ofrecer un marco de estabilidad a la agroindustria, incentivar la inversión y mejores márgenes de rentabilidad para las nuevas inversiones, cada productor deberá sentarse con su contador a analizar los cierres y pensar cuál es la mejor inversión para aprovechar los beneficios propuestos.